Ahora la pregunta: ¿Cuánto recibe el artista o el compositor al posicionarse en Spotify? Pues directamente nada. Las ganancias que se obtienen son repartidas entre una combinación de sellos discográficos, distribuidores y sociedades. En resumen, Spotify paga aproximadamente 2/3 de cada dólar que recibe de las suscripciones y los anuncios a los dueños de los derechos de la música que transmite. Como por ejemplo Sony, Warner y Universal, que luego reparten el dinero de acuerdo con los contratos de cada artista. Un proceso que es conocido como "streamshare".
Contrario a lo que ocurre cuando se vende un álbum en una tienda. En ese caso un porcentaje de la cantidad va directamente al artista. Sin embargo, cuando se trata de streaming, el dinero se reúne en un gran fondo común y se paga a través de las compañías.
En esta distribución se toma en cuenta cuántas veces la música, propiedad o controlada por un titular de derechos, se transmitió en cada mercado. Se dice que los artistas al final de la jornada normalmente ganan la décima de un centavo de dólar por transmisión. O sea, unos $3 por cada 1000 reproducciones.
No obstante, nadie con vocación para el canto debe desanimarse. Spotify es una gran vitrina. El secreto estriba en escoger bien el aparato de producción que se mueva a sus espaldas desde el principio. Ellos crearán su identidad visual, es decir aquella ilustración que encaja con su propio estilo o flow. Más tarde, cuando se alcanza la fama, estos números serán insignificantes. Ya que la plata gorda llega de los conciertos y las presentaciones.