El Paso comenta

Octavio Paz VS Pablo Neruda


Pablo Neruda recibió el Premio Nobel de Literatura en 1971 y Octavio Paz en 1990. Para los entendidos en las artes literarias ambos representan lo mejor de la poesía latinoamericana. Sin embargo, tuvieron sus roces por los enfoques políticos. Aunque los dos provenían de las filas de la izquierda.

La escritora mexicana Elena Poniatowska cuenta:

— «Una semana después de la aparición de “Laurel” Octavio Paza asiste a una cena en honor a Neruda; el encuentro terminó casi a golpes cuando Neruda lanzó "una interminable retahíla" de injurias en contra del libro, al que llamó maldita antología».

Octavio Paz declaró al respecto:

— «A medida que él se hacía más y más estalinista yo me desencantaba de Stalin acabamos por pelear — casi a golpes — y dejamos de hablarnos. Después escribió algunas cosas no del todo simpáticas sobre mí, incluyendo un odioso poema. Yo le respondí con vituperios parecidos. Y allí paró todo».

Pablo Neruda decía:

— «Las artes y las letras se producían en círculos rivales, pero ay de aquél que desde afuera tomara partido en pro o en contra de alguno o de algún grupo: unos y otros le caían encima»

No obstante en su libro “Confieso que he vivido”, Neruda alude a la llegada de Paz a España para participar en un Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura, por una gestión suya.

— «En cierto modo me sentía orgulloso de haberlo traído. Había publicado un solo libro que yo había recibido hacía dos meses — Raíz de hombre — y que me pareció contener un germen verdadero. Cuando eso nadie lo conocía»

Octavio Paz a veces dejaba caer un elogio:

— "Era generoso y su cordialidad no tenía más defecto que su exceso; pero su afecto, a veces, aplastaba como una montaña"

El distanciamiento creció cuando Neruda se hizo más stalinista y Octavio Paz se desencantaba de Stalin. Algo que se reafirma en un ensayo titulado “El ogro filantrópico” publicado en 1979.

Posteriormente en un escrito Octavio Paz señala:

— «Su literatura está contaminada por la política, su política por la literatura y su crítica es con frecuencia mera complicidad amistosa, y así, muchas veces, no se sabe si habla el funcionario o el poeta, el amigo o el político [...] Neruda no representa a la Revolución de Octubre; lo que nos separa de su persona no son las convicciones políticas sino, simplemente la vanidad y el sueldo»

Neruda también hizo críticas a grandes figuras como Mozart, Dostoyevski, Rimbaud, Verlaine, Withman, Balzac, Hugo, Zola, entre otros. Sin embargo, cuando fue embajador en París representando a Chile su condena al mexicano llegó a ser bastante desmedida:

— «A todos los demonios del infierno de los reaccionarios, de los pedantes, de los malos poetas»

Me atrevería a decir que Pablo Neruda es tal vez el poeta más amplio de su generación. No obstante, hay que ver cómo en cada poema de Octavio Paz, aun en los más simples, desborda la libertad como elemento básico.

Incluso en sus frases menos afortunadas encontramos conceptos pedagógicos sobre los derechos fundamentales del hombre. No quiero decir que Octavio Paz sea más perfecto o más intenso, pero sí interpretó mejor que Neruda los anhelos de la especie humana.

Antonio Mino



De Octavio Paz  LA CALLE


Es una calle larga y silenciosa.

Ando en tinieblas y tropiezo y caigo

y me levanto y piso con pies ciegos

las piedras mudas y las hojas secas

y alguien detrás de mí también las pisa:

si me detengo, se detiene;

si corro, corre. Vuelvo el rostro: nadie.

Todo está oscuro y sin salida,

y doy vueltas en esquinas

que dan siempre a la calle

donde nadie me espera ni me sigue,

donde yo sigo a un hombre que tropieza

y se levanta y dice al verme: nadie.




De Pablo Neruda  POEMA 20


Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,

y tiritan, azules, los astros, a lo lejos».

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.

La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.

Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.

Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.

La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos

Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.

Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.

Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.

Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.

Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.

Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,

mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,

y estos sean los últimos versos que yo le escribo.


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