En el Museo de Arte de Ciudad Juárez, una pintura de un autor inglés titulada "La Abuela Enlutada", ha sido objeto de muchas especulaciones. Algunas, producto de la habladuría popular. Otras, basadas en fenómenos debidamente estudiados. Si buscamos hechos similares en la región fronteriza no lo encontraremos. Sin embargo, existen pruebas de que han ocurrido ciertos fenómenos paranormales que pueden ayudar a entender el asunto.
En este análisis no entraremos a evaluar las leyendas. Sabemos que por lo general con el transcurso de los años los episodios se alteran de una generación a otra. En el caso específico del cuadro de "La Abuela Enlutada" la gente dice que la señora durante el mes de noviembre sale del cuadro en las noches. Debido a que fue el mes en que falleció en Inglaterra dicho personaje. Todo esto, sin una prueba convincente del mencionado suceso.
No obstante, lo que sí puede estar pasando es que, alguien que ha fallecido y aún no ha podido reencarnar en su lugar de origen, sienta incomodidad de estar en un área desconocida y no deseada. Los estudios sobre la reencarnación han demostrado que existen diferentes formas de proyección para enviar un mensaje. Aunque siempre y cuando se cumplan las pautas establecidas para el regreso. Porque no todos lo hacen. Pues según los entendidos algunas almas deambulan en otra dimensión sin reencarnar.
Para el Dr. Ian Stevenson, la reencarnación humana es un hecho científicamente demostrado. Él se desempeñó como investigador en la Universidad de Tulane. Centrada en la oxidación bioquímica de tejidos. También trabajó en New York como parte de un equipo de exploración en medicina psicosomática y enseñó psiquiatría en la Universidad Estatal de Luisianay. O sea, hablamos de una persona con suficientes pergaminos para hablar de estos temas sin acudir a la fe.
Stevenson consideraba que el concepto de reencarnación podría complementar a los de herencia y ayudar a la medicina moderna a entender aspectos del comportamiento humano. Veía la reencarnación como la supervivencia de la personalidad después de la muerte. Sus investigaciones por más de cuatro décadas lo llevaron a pensar en la posibilidad de vidas pasadas y en esa dirección enfocó su trabajo.
Argumentaba que los aproximadamente 3.000 casos que había estudiado apoyaban la posibilidad de la reencarnación, a pesar de que siempre se mostró prudente. El apuntaba que muchos niños de edades comprendidas entre tres o cinco años no sólo recuerdan una existencia anterior, sino que llegan a identificar a sus antiguos seres queridos. Para semejantes aseveraciones estudió los casos de 3 mil menores que de forma espontánea y sin depender de la hipnosis, recordaban su pasado.
En estas investigaciones no sólo pudo hermanar las personas mencionadas, sino que en algunos casos logró comprobar cicatrices y defectos del fallecido a través del registro médico. Su documentación cuenta con archivos en la India, África, el Medio Oriente, Gran Bretaña y Estados Unidos.
Un famoso caso que involucró personalmente al Dr Stevenson fue el de las gemelas Guillian y Jannifer, expuesto por Mónica Chadler en la revista italiana "Época". Cuenta que el padre de las niñas, preocupado ante un extraño comportamiento de sus hijas, narró a un psicólogo la historia. El especialista le aconsejó dirigirse al profesor lan Stevenson, quien se encontraba justamente en aquellos momentos en Londres.
El angustiado padre habló con Stevenson y éste se interesó sobremanera en el asunto. La insólita actitud de las niñas le resultó tan interesante al investigador que ese mismo día comenzó a trabajar con las menores. La historia es la siguiente.
Resulta que en la pequeña ciudad de Hexham – Northumberland, Inglaterra, en 1957, el matrimonio formado por John Pallock y su esposa Florence tuvieron dos niñas: Joana y Jacqueline. Sin embargo, un domingo cuando las niñas jugaban en el vecindario, fueron atropelladas por un automóvil que cruzaba a alta velocidad. Las dos menores perecieron y por supuesto la pareja quedó destruida. Más aún sabiendo que la madre, Florencia, ya no podía tener más hijos.
Al cabo de unos meses y prácticamente destrozados el matrimonio decidió cambiar de domicilio y se trasladaron a otro pueblo: Whidey Bay. Y para sorpresa de toda la familia, 9 meses después del trágico acontecimiento, Florence sorprendió a John con una gran noticia: había quedado embarazada en contra de todos los pronósticos médicos. Algo que para ellos fue simplemente un milagro de Dios. El parto se desarrolló sin inconvenientes y trajo al mundo a dos preciosas gemelas: Guillian y Jannifer.
Cuando las gemelas cumplieron cinco años, Florencia decidió llevarlas a visitar al resto de la familia que continuaba viviendo en Hexham. Era el primer viaje que realizaba con sus hijas a su antiguo pueblo. Pero un día, cuando iban caminando por una de las calles de la ciudad, su hija Gillian la sorprendió con un comentario:
— Madre, en aquella esquina hay una pastelería ¿por qué no vamos?
La madre aunque sorprendida por la frase de la niña no le contestó y se quedó mirando hacia el lugar. Sin embargo, poco después, Jannifer, la otra menor, le hizo también una curiosa pregunta:
— Madre ¿nos dejas jugar en el jardín de antes? Porque no está muy lejos de aquí.
Aunque existía en realidad un jardín público en el lugar señalado por la niña, no era posible divisarlo desde allí. Por eso la madre se detuvo en seco y le preguntó:
— Hija mía, ¿cómo sabes que hay un jardín por aquí? — La niña no le supo explicar pero le aseguró que existía.
Florencia muy sorprendida le contó a su esposo lo ocurrido y esa fue la razón por lo cual John Pallock decidió buscar ayuda del psicólogo, que posteriormente lo recomendó al Dr. Stevenson.
El científico inició sus averiguaciones llevando a las niñas a la residencia que la familia había habitado en Hexham. Luego al lugar del trágico accidente donde las anteriores hermanas Joana y Jaqueline habían perdido la vida. Todo se llevó a cabo como si fuera un simple paseo. Sin embargo, Gillian de repente mirando a la distancia señaló emocionada con su dedo índice:
—Nosotros ya vivimos en esta calle, allí en aquella casa. ¡Ah, yo quiero ver la cueva de Tigre!
El padre de las niñas con lágrimas en sus ojos le explicó al Dr. Stevenson que "Tigre" era el nombre del gato de sus hijas muertas, que había sido sepultado en el fondo del jardín de la casa. Además, Gillian describió todo el interior de la antigua vivienda sin haber estado jamás en ella.
Por su parte Jannifer, habló de personas que nunca había visto y que aún residían en la zona. Y por último, cuando llegaron al lugar del desastre, las gemelas sufrieron un cambio total. Se entristecieron profundamente y al ser interrogadas por el Dr. Stevenson, la respuesta fue la misma en ambas:
— No quiero pasar por ahí
Al concluir las pesquisas, el Dr. Stevenson expresó la siguiente:
“Yo creo que, bajo hipnosis, se podría hacer volver a las gemelas al tiempo del accidente y los acontecimientos ocurridos antes de la muerte de las dos niñas anteriores. Pero, dado su corta edad, no me atrevo a efectuar esta experiencia por el momento. Una vez que hayan cumplido los doce o más años, podremos tener una prueba notable de este extraordinario caso de reencarnación".
En una ocasión el profesor Tom Schroder le preguntó si la investigación probaba “vida después de la muerte” y él contestó:
— “Yo no pienso que haya ningún tipo de prueba en la ciencia aparte de las matemáticas, pero sobre los casos que conocemos hoy, la reencarnación es la mejor explicación que hemos podido encontrar. Hay un impresionante volumen de evidencias, y pienso que con el tiempo se está haciendo cada vez más fuerte. Pienso que una persona racional, si lo desea, puede creer en la reencarnación en base a esta evidencia”
El Dr. Ian Pretyman Stevenson murió de neumonía en la comunidad Blue Ridge Retirement in Charlottesville (Virginia) el 8 de febrero de 2007. Fue autor de varios libros: “Twenty Cases Suggestive of Reincarnation” (1974) , “Children Who Remember Previous Lives” (1987), “Where Reincarnation and Biology Intersect” (1997),”Reincarnation and Biology” (1997) entre otros.
Por todo lo anterior podemos concluir que cuando escuchemos comentarios sobre la pintura de "La Abuela Enlutada" de Juárez, por muy absurdos que parezcan, hay que prestarle atención. Recordemos que en el misterio de la muerte se esconden muchos entresijos. Si la señora es un alma que no ha podido reencarnar, por supuesto que enviará señales. Porque como decía una de las escritoras españolas más importantes del siglo XX Carmen Martin Gaite, “Nada podrá descubrir quien pretenda negar lo inexplicable. La realidad es un pozo de enigmas.”
En este análisis no entraremos a evaluar las leyendas. Sabemos que por lo general con el transcurso de los años los episodios se alteran de una generación a otra. En el caso específico del cuadro de "La Abuela Enlutada" la gente dice que la señora durante el mes de noviembre sale del cuadro en las noches. Debido a que fue el mes en que falleció en Inglaterra dicho personaje. Todo esto, sin una prueba convincente del mencionado suceso.
No obstante, lo que sí puede estar pasando es que, alguien que ha fallecido y aún no ha podido reencarnar en su lugar de origen, sienta incomodidad de estar en un área desconocida y no deseada. Los estudios sobre la reencarnación han demostrado que existen diferentes formas de proyección para enviar un mensaje. Aunque siempre y cuando se cumplan las pautas establecidas para el regreso. Porque no todos lo hacen. Pues según los entendidos algunas almas deambulan en otra dimensión sin reencarnar.
Para el Dr. Ian Stevenson, la reencarnación humana es un hecho científicamente demostrado. Él se desempeñó como investigador en la Universidad de Tulane. Centrada en la oxidación bioquímica de tejidos. También trabajó en New York como parte de un equipo de exploración en medicina psicosomática y enseñó psiquiatría en la Universidad Estatal de Luisianay. O sea, hablamos de una persona con suficientes pergaminos para hablar de estos temas sin acudir a la fe.
Stevenson consideraba que el concepto de reencarnación podría complementar a los de herencia y ayudar a la medicina moderna a entender aspectos del comportamiento humano. Veía la reencarnación como la supervivencia de la personalidad después de la muerte. Sus investigaciones por más de cuatro décadas lo llevaron a pensar en la posibilidad de vidas pasadas y en esa dirección enfocó su trabajo.
Argumentaba que los aproximadamente 3.000 casos que había estudiado apoyaban la posibilidad de la reencarnación, a pesar de que siempre se mostró prudente. El apuntaba que muchos niños de edades comprendidas entre tres o cinco años no sólo recuerdan una existencia anterior, sino que llegan a identificar a sus antiguos seres queridos. Para semejantes aseveraciones estudió los casos de 3 mil menores que de forma espontánea y sin depender de la hipnosis, recordaban su pasado.
En estas investigaciones no sólo pudo hermanar las personas mencionadas, sino que en algunos casos logró comprobar cicatrices y defectos del fallecido a través del registro médico. Su documentación cuenta con archivos en la India, África, el Medio Oriente, Gran Bretaña y Estados Unidos.
Un famoso caso que involucró personalmente al Dr Stevenson fue el de las gemelas Guillian y Jannifer, expuesto por Mónica Chadler en la revista italiana "Época". Cuenta que el padre de las niñas, preocupado ante un extraño comportamiento de sus hijas, narró a un psicólogo la historia. El especialista le aconsejó dirigirse al profesor lan Stevenson, quien se encontraba justamente en aquellos momentos en Londres.
El angustiado padre habló con Stevenson y éste se interesó sobremanera en el asunto. La insólita actitud de las niñas le resultó tan interesante al investigador que ese mismo día comenzó a trabajar con las menores. La historia es la siguiente.
Resulta que en la pequeña ciudad de Hexham – Northumberland, Inglaterra, en 1957, el matrimonio formado por John Pallock y su esposa Florence tuvieron dos niñas: Joana y Jacqueline. Sin embargo, un domingo cuando las niñas jugaban en el vecindario, fueron atropelladas por un automóvil que cruzaba a alta velocidad. Las dos menores perecieron y por supuesto la pareja quedó destruida. Más aún sabiendo que la madre, Florencia, ya no podía tener más hijos.
Al cabo de unos meses y prácticamente destrozados el matrimonio decidió cambiar de domicilio y se trasladaron a otro pueblo: Whidey Bay. Y para sorpresa de toda la familia, 9 meses después del trágico acontecimiento, Florence sorprendió a John con una gran noticia: había quedado embarazada en contra de todos los pronósticos médicos. Algo que para ellos fue simplemente un milagro de Dios. El parto se desarrolló sin inconvenientes y trajo al mundo a dos preciosas gemelas: Guillian y Jannifer.
Cuando las gemelas cumplieron cinco años, Florencia decidió llevarlas a visitar al resto de la familia que continuaba viviendo en Hexham. Era el primer viaje que realizaba con sus hijas a su antiguo pueblo. Pero un día, cuando iban caminando por una de las calles de la ciudad, su hija Gillian la sorprendió con un comentario:
— Madre, en aquella esquina hay una pastelería ¿por qué no vamos?
La madre aunque sorprendida por la frase de la niña no le contestó y se quedó mirando hacia el lugar. Sin embargo, poco después, Jannifer, la otra menor, le hizo también una curiosa pregunta:
— Madre ¿nos dejas jugar en el jardín de antes? Porque no está muy lejos de aquí.
Aunque existía en realidad un jardín público en el lugar señalado por la niña, no era posible divisarlo desde allí. Por eso la madre se detuvo en seco y le preguntó:
— Hija mía, ¿cómo sabes que hay un jardín por aquí? — La niña no le supo explicar pero le aseguró que existía.
Florencia muy sorprendida le contó a su esposo lo ocurrido y esa fue la razón por lo cual John Pallock decidió buscar ayuda del psicólogo, que posteriormente lo recomendó al Dr. Stevenson.
El científico inició sus averiguaciones llevando a las niñas a la residencia que la familia había habitado en Hexham. Luego al lugar del trágico accidente donde las anteriores hermanas Joana y Jaqueline habían perdido la vida. Todo se llevó a cabo como si fuera un simple paseo. Sin embargo, Gillian de repente mirando a la distancia señaló emocionada con su dedo índice:
—Nosotros ya vivimos en esta calle, allí en aquella casa. ¡Ah, yo quiero ver la cueva de Tigre!
El padre de las niñas con lágrimas en sus ojos le explicó al Dr. Stevenson que "Tigre" era el nombre del gato de sus hijas muertas, que había sido sepultado en el fondo del jardín de la casa. Además, Gillian describió todo el interior de la antigua vivienda sin haber estado jamás en ella.
Por su parte Jannifer, habló de personas que nunca había visto y que aún residían en la zona. Y por último, cuando llegaron al lugar del desastre, las gemelas sufrieron un cambio total. Se entristecieron profundamente y al ser interrogadas por el Dr. Stevenson, la respuesta fue la misma en ambas:
— No quiero pasar por ahí
Al concluir las pesquisas, el Dr. Stevenson expresó la siguiente:
“Yo creo que, bajo hipnosis, se podría hacer volver a las gemelas al tiempo del accidente y los acontecimientos ocurridos antes de la muerte de las dos niñas anteriores. Pero, dado su corta edad, no me atrevo a efectuar esta experiencia por el momento. Una vez que hayan cumplido los doce o más años, podremos tener una prueba notable de este extraordinario caso de reencarnación".
En una ocasión el profesor Tom Schroder le preguntó si la investigación probaba “vida después de la muerte” y él contestó:
— “Yo no pienso que haya ningún tipo de prueba en la ciencia aparte de las matemáticas, pero sobre los casos que conocemos hoy, la reencarnación es la mejor explicación que hemos podido encontrar. Hay un impresionante volumen de evidencias, y pienso que con el tiempo se está haciendo cada vez más fuerte. Pienso que una persona racional, si lo desea, puede creer en la reencarnación en base a esta evidencia”
El Dr. Ian Pretyman Stevenson murió de neumonía en la comunidad Blue Ridge Retirement in Charlottesville (Virginia) el 8 de febrero de 2007. Fue autor de varios libros: “Twenty Cases Suggestive of Reincarnation” (1974) , “Children Who Remember Previous Lives” (1987), “Where Reincarnation and Biology Intersect” (1997),”Reincarnation and Biology” (1997) entre otros.
Por todo lo anterior podemos concluir que cuando escuchemos comentarios sobre la pintura de "La Abuela Enlutada" de Juárez, por muy absurdos que parezcan, hay que prestarle atención. Recordemos que en el misterio de la muerte se esconden muchos entresijos. Si la señora es un alma que no ha podido reencarnar, por supuesto que enviará señales. Porque como decía una de las escritoras españolas más importantes del siglo XX Carmen Martin Gaite, “Nada podrá descubrir quien pretenda negar lo inexplicable. La realidad es un pozo de enigmas.”