Uno de los casos más llamativos es el de la actriz Nicole Kidman, a la que estos dos órganos le han crecido de una manera sorprendente. El especialista en cirugía plástica y reconstructiva Alessandro Thione explicó en qué consiste esto y qué se puede hacer para evitar su aumento.
“Sí, es cierto que la nariz y las orejas son las únicas partes del cuerpo que siguen creciendo, pero no porque haya un crecimiento celular activo como en la infancia o la adolescencia sino porque la nariz y las orejas están formadas, en gran parte, por cartílago, un tejido flexible que, con el tiempo, sufre degradación y pierde elasticidad”, comentó.
Además, con el paso del tiempo el cuerpo comienza a perder colágeno, lo que provoca que estas estructuras se alarguen y se vean más grandes con la edad.
“Comienzan a notarse después de los 30-40 años, pero se vuelven más visibles a partir de los 60 años en consecuencia a la disminución progresiva de colágeno y elastina, así como al efecto acumulativo de la gravedad”, manifestó.
La nariz y las orejas son las únicas partes del cuerpo que siguen creciendo, en gran parte, por el cartílago, un tejido flexible que, con el tiempo, sufre degradación y pierde elasticidad
Algo que explica el especialista es que no en todas las personas este proceso es igual o visible, ya que es más evidente en aquellas que tienen la piel más fina y con menor cantidad de tejido graso y, debido a la flacidez, hace que se note más.
Otro de los factores que también pueden influir son el tabaquismo, la exposición solar excesiva y una mala alimentación. Además, un dato relevante es que afecta a ambos sexos, pero es más notorio en los hombres.
“Puede ser más notorio en los hombres y esto se debe a que, en promedio, tienen narices y orejas más grandes, por lo que cualquier cambio con la edad es más evidente. La testosterona influye en la estructura del cartílago, lo que puede hacer que la flacidez y el alargamiento sean más pronunciados en los hombres con el paso de los años”, argumentó.
Aunque no se puede evitar por completo, estas sugerencias pueden reducir el impacto:
Usar protección solar, ya que desacelera la degradación del colágeno.
Tener siempre una buena hidratación y alimentación. Además, de consumir colágeno, vitamina C y proteínas que ayudan a mantener la firmeza de los tejidos.
Realizar ejercicio facial, debido a que esto puede mejorar la tonicidad muscular y retrasar la flacidez.
Evitar el consumo excesivo del tabaco y el alcohol, pues estos aceleran el envejecimiento de la piel y los cartílagos.